¿Quién es? Una de las cepas estelares del mundo, la variedad cabernet sauvignon tiene la distinción de ser reconocida hasta por quienes no son de vino; y es que esta variedad viajera se ha hecho un hueco en la práctica totalidad de las regiones productoras, por varios y buenas motivos: además de ser razonablemente fuerte y resistente al frío, al calor y a enfermedades, esta uva es capaz de dar grandes y auténticos vinos de fino envejecimiento, así como de prestar lo mejor de sus cualidades a otras variedades en coupages.
Generalmente se acepta que el origen de esta variedad fue un cruce espontáneo entre las variedades cabernet franc (lo cual la emparenta con la variedad merlot) y sauvignon blanc. En ocasiones se le conoce también como lafit, navarre, savignonne, vidure, o petit cabernet por su tamaño compacto y reducido.
¿Que la hace especial? Para muchos, esta uva tinta es capaz de ofrecer todo lo que debe tener un vino: firme estructura y taninos, aromas destacados, y una maravillosa capacidad para el envejecimiento prolongado; si algún defecto hay que achacarle, es que en su juventud los taninos de estos vinos suelen ser bastante duros.
Los aromas de fruta negra madura (cereza negra, moras) son característicos, así como los recuerdos verdes de eucalipto y menta, o de pimiento morrón típico de las zonas menos soleadas; con el roble suele adquirir notas oscuras de café, cacao o chocolate negro, o balsámicas de pino y cedro.
Una de las cualidades mas notables y apreciadas de estos vinos es la de su envejecimiento: la barrica de roble los mejora y suaviza, permitiendo que alcancen cualidades más sofisticadas, y en botella terminan de adquirir complejidad, desarrollando aromas de cuero, sotobosque o setas.
Lugares de interés: no hay región vinícola adonde no haya llegado esta cepa tan adaptable y recia, incluso a costa, todo hay que decirlo, de variedades autóctonas, muchas de las cuales han ido perdiendo terreno ante ella. Como lugares particularmente notables, cabe destacar Médoc y Burdeos, aunque curiosamente su cultivo en esa zona se considera como algo relativamente reciente, dada su identificación con la zona.
En general está muy bien representada en los países bañados por el Mediterráneo desde España, en donde fue introducida primero en La Rioja y Cataluña, y hoy se encuentra presente en casi todas las regiones productoras, pasando por Italia (en donde es particularmente famoso por los llamados “súper toscanos”), Europa central y Balcanes, el valle de Beqaa en el Líbano, y la región vinícola de Alejandría en Egipto, hasta llegar a los viñedos del Atlas en Marruecos.
En cuanto a la andadura de la cabernet sauvignon en el Nuevo Mundo, no podemos dejar de mencionar a California, en donde esta cepa se encuentra muy bien: tanto, que llegó a dar los vinos mas altamente calificados en aquella sonada cata de París de 1976, inmortalizada en la película Bottle Shock (aunque naturalmente, con grandes libertades respecto a la exactitud de lo ocurrido); dichos resultados, además de enfurecer a los franceses y sacudir al establishment, confirmaron a la región de Napa Valley como una fuerza formidable en el mundo del vino.
En el hemisferio sur, Chile y Argentina elaboran grandes vinos con esta variedad, al igual que Sudáfrica, Nueva Zelanda y Australia; de este último país cabe destacar los prestigiosos vinos producidos en Barossa Valley y Coonawarra, esta última famosa por sus excepcionales suelos de arcilla roja. Esta uva viajera ha llegado incluso hasta los viñedos de China, en donde se cultiva y elabora con resultados cada vez más aclamados en competiciones internacionales.
¿Mejores maridajes?
Los vinos de cabernet sauvignon son “almas gemelas” de las carnes rojas, desde la humilde hamburguesa, estupenda con un vino más joven, o chuletas de cordero, hasta un buen solomillo chateaubriand o caza. Estos vinos con mucho cuerpo, taninos y volumen alcohólico apisonarán cualquier plato un poco delicado que se les ponga por delante: piden proteínas, texturas firmes y jugosas, y sabores intensos. Las recetas contundentes como rabo de toro y los cocidos de las abuelas también son una buena opción.
Rara vez lleva bien con el pescado, pero un buen filete de atún podrá estar a la altura de este vino en intensidad. En cuanto a quesos, las recomendaciones habituales para este tipo de vino suelen ser quesos de moderados a intensos y robustos, aunque para algunos, lo último puede acabar más bien en un encontronazo de caracteres fuertes; como sugerencias: gouda y cheddar añejados, gruyer, danablu, roquefort.
Para platos vegetarianos o ensaladas, se recomienda probar a combinar estos vinos con verduras algo amargas, como berenjena, brócoli, endivias, canónigo, o rúcula; igualmente suelen entenderse bien con hierbas ligeramente amargas como laurel, mejorana y orégano, o bien con hierbas aromáticas y algo penetrantes como hierbabuena, romero y tomillo; también conviene recordar que las salsas densas y ricas ayudarán a mitigar los taninos muy intensos.
Lee esta entrada en inglés: Four things to know about Cabernet Sauvignon.